jueves, 16 de octubre de 2014

Crónica Subida al Angliru (12/10/2014).

Arranco la crónica de esta carrera tan especial, peculiar, y dura, muy dura. Estaba esperando por si aparecían más fotos que ilustraran la crónica, pero no encuentro más material. Gracias desde estas líneas a Tano del Club Esportate, porque gracias a él tengo unos buenos recuerdos fotográficos de esta experiencia.
Y si, digo experiencia, porque esta prueba es toda una experiencia. Un recuerdo imborrable, y un reto conseguido que le da lustre a nuestro curriculum correndero.

Comenzamos a detallar como fue esa jornada, que quedará marcada para siempre en el recuerdo.

Llegué con bastante tiempo a La vega de Riosa, aparcando al lado polideportivo, antes de que dieran las 9 de la mañana. Iba a ser de los primeros en recoger dorsal. Aún se veían bastantes ciclistas que partían a esa hora en grupos de 5 en 5 minutos.

Recogida dorsal, bolsa regalos con camiseta que luciremos siempre con orgullo, y de nuevo al coche que es muy pronto. Estoy a unos 700-800 metros de la salida, y como el ropero estará allí en línea de salida, decido tomar el cafetín de rigor en calle polideportivo.

Allí, tras café, charlo animadamente con otro corredor, Nacho, que resulta ser otro Papi Running, con dos niños pequeños también, y que entrena por parque la Ferrera, en Avilés, 5 días a la semana. Vamos juntos con bolsa a línea de salida, allí la dejamos en furgoneta, y nos ponemos a calentar juntos. Más charla correndera, último pis a la vera de la carretera, y para línea de salida. Donde ya me encuentro con Mino, Jose, y Tiano, compañeros del Club.

Minuto de silencio, algún problema al dar salida, pero en segunda cuenta atrás arrancamos. Nos esperan 13 kms. por delante, con 6 de ellos de una dureza descomunal.

La idea era como en Lagos, coger un ritmo cómodo, ni lento ni rápido, y así llegar a Viapará. Que a partir de allí ya sería sálvese quien pueda. Comienzo en zona trasera grupo, y veo ya alejarse a los compañeros del Club Correr Asturias. Nada más salir es todo para arriba, sin descanso, desniveles asumibles, no duros aún, se corre fácil y con cierta soltura. Se nota que somos 250 corredores al  estar tan acompañado en todo ese tiempo (en Lagos en seguida me quedé solo). Poco a poco, manteniendo ritmo gano alguna posición. Se ven muchas camisetas de gente de Castilla, Madrid, Galicia, etc. Y veo que está corriendo un mítico corredor madrileño ya de avanzada edad y pobladísima barba blanca, con una añeja cinta rojiblanca en pelo. Devoramillas o algo similar creo que se le conoce.

Aunque no conocía en detalle subida, si recordaba un giro a derechas, tras el cual la carretera se endurecía bastante. Y así fue, más duro incluso de lo que pensaba. Y en ese momento me integro en un grupo de corredores que llevan un ritmo parejo al mío. Pienso que es bueno mantenerme ahí, en grupeto, y llegar así hasta Viapará. Aunque al rato, por propio ritmo me separo un poco y cojo rebufo de dos corredores de mismo equipo. Uno de ellos llevaba una cámara Go-Pro, y varias veces se separaba y giraba para grabar. Y así llegué a Viapará, junto a esos dos corredores. Allí avituallamiento, cojo botella de agua, dos buenos sorbos, y a disfrutar y relajar en tramo que hay llano y cuesta abajo hasta comienzo del puerto en sí. Oigo a mis compañeros de últimos kms. hablar de tomar el gel, y antes a otros del anterior grupeto. “Agua, gel, agua”, decían. Para mí pensaba que la gente tomando geles y otras cosas (me acordaba de Nacho el que conocí en café que llevaba un plátano en riñonera), y pensaba que yo iba a afrontar el Angliru con dos sorbos de agua. ¡¡Con un par!!. Y para mí me decía que yo no suelo necesitar estas cosas, y estoy habituado a correr simplemente con lo que tengo en reserva de desayuno y cena. Aunque me quedaba la duda de si eso ayudaría. No lo tengo claro, al menos los que iban por detrás y se lo tomaron no me pasaron en subida. Y yo tengo pánico a tomar algo en una carrera y que me siente mal al estómago. Por ahora, para mis ritmos, objetivos y forma, me vale con no tomar más que agua.

En ese intervalo me alejo de esos dos corredores, y alcanzo en bajadilla anterior al inicio del Infierno a otros dos. Veo la pintada en carretera que refleja el comienzo del Infierno, y ay madre, las curvas de Les Cabanes a la vista, desnivel del 20%. Veo gente por delante caminando... y al llegar en su momento toca hacer lo mismo. Quedan 6 kms. y yo ya caminando pienso. Pero están todos igual y me animo. Por suerte, tras este duro tramo inicial puedo volver a correr, y en una recurva, a la salida, veo un fotógrafo, lo que me anima a mantenerme corriendo, y resultó ser Tano, al que saludo al verle la cara tras su última foto. Aquí dejo muestra de su trabajo, gracias amigo:



Tras este saludo inicial del Angliru, vienen unos dos kilómetros donde se puede volver a correr, y las sensaciones vuelven a ser decentes, y la moral recupera enteros. De aquí al final poca variación de puestos habrá, tres o cuatro ganados y uno o dos que me pasan. Todos sufrimos mucho, y no hay grandes diferencias de ritmos.

Llego a zona Llagos, donde marca desnivel máximo del 16%, y lo superamos, ahí creo está el límite de correr/caminar. Cuando la rampa supera el 16% se hace ya difícil seguir corriendo, no digamos en las curvas, que por el interior parecen paredes.

En este tramo, me saludan y animan por Papi Running dos personas, y luego otra más algo más adelante. Esto ya empieza a pasarme en cada carrera, y me abruma un poco. Aunque es cierto que se agradecen esos ánimos y ese pequeño reconocimiento al blog.

Estamos en este punto justo en la parte inferior de la Cueña Les Cabres, en el tramo de carretera que va justo debajo, e impresiona el griterío que se escucha de ánimos por aquella zona. Da moral, y piensas que estás metido en una carrera diferente.

Llego al avituallamiento anterior a La Cueña Les Cabres, y antes de llegar me animan como Correastur. Cogemos botella, me paro, bebo dos sorbos y la entrego a voluntario con bolsa de basura. Vista al frente, y ahí está ese muro inacabable a la vista, con un reguero de corredores semiagachados, caminando malamente, en un espectáculo digno de un episodio de The Walking Dead. Unos zombis correnderos avanzando casi tambaleándose por aquella pared. El cartel refleja bien a las claras lo que afrontaremos, 800 metros con desnivel mínimo de 16,5% y máximo de 23,5%. Lo más duro en carretera puede que en toda Europa...

Sigo con mi postura de caminar apoyándome en los muslos, y así voy cual carrera de trail superando metros de esta pared. Da cosa ver a la gente que te anima a tu lado y pasar uno tan despacio, tan agónico. Es algo distinto, hay que vivirlo. Y si para adelante se aprecia el desnivel, es girar atrás la cabeza y impresionarse por la rampa en la que estamos.

La altitud aquí ya supera con claridad los 1.000 y pico metros, y de llevar rato caminando, y al ir enfriando y entrando viento, empiezo a notar frío. Me toco barriga y está helada. Pienso que esto puede acarrear problemas estomacales, pero no da tiempo a ello. Es duro no poder correr para calentar y sentir el frío del sudor en cuerpo. No quiero pensar subirlo una jornada de meteorología adversa. Como prueba de la dureza, en parte final me amaga con entrar flato, ¡¡y estaba caminando!!...

Cuando parece que nunca se termina, vislumbramos final de la pared de La Cueña, y aunque pareciera ya imposible, volvemos a poder arrancar a correr. Ya no queda nada te dice todo el mundo, otro tramo duro y ya estás en último kilómetro favorable. Pero amigos, vaya última dureza, las curvas del Aviru, desniveles de nuevo tocando el 20%, y a caminar nuevamente, con el aire frío entrando cada vez con más claridad.
Miro reloj, calculo que estaré por debajo de 01:45 y me parece bien para lo que hemos caminado y sufrido. Aunque en ningún momento me importó el crono. Por entretenerme con algo mientras intento llegar caminando lo más rápido a la zona favorable.

Coronamos el tramo de Aviru, y justo donde comienza terreno sube y baja ligero, muy corrible, el viento entra con ganas, dejándote helado. Aprieto el ritmo para entrar en calor y acabar fuerte, que hay ganas de correr con tanta caminata. Es el único tramo donde puedes correr por debajo de 6 el km. salvo el descanso de Viapará. Que se dice pronto.

Paso a un corredor de la Cerezal justo donde va a comenzar descenso a meta, va caminando en esa zona supongo que con una pájara importante. Me pasa en bajada un corredor, y lo dejo ir, para ganarme mi hueco de entrada, en solitario, quería dedicarle el reto a una tía de mi mujer fallecida por esa horrible enfermedad que todos conocemos a la pronta edad de 43 años, y prefería entrar solo. Y así pude hacerlo, levantando como quería los brazos al cielo, y dedicándole mi esfuerzo. Me emociono un poco al entrar en meta pensando en ella. Nos quejamos de tanta tontería muchas veces, y sólo por estar allí, disfrutando de parajes como aquellos, ya merece la pena. Seguimos aquí, peleando con la vida, que ya es mucho, y hay que valorarlo.

Foto antes de entrar en meta, no muy favorecedora. Estaba bajando cara pensando en el homenaje de llegada, y salí de esta guisa:


Y estas capturas del gesto de la entrada sacadas del video de la llegada:


Crono final de 01:42:35, y puesto 165 de 247 llegados.

Me reencuentro con los compañeros Correastures, y me cambio de camsieta y pongo la chaqueta del club. Y ahí, llegó casi lo peor. Se va minibús ya lleno de corredores, alguna furgoneta, y coches particulares, y nos quedamos, en aquella explanada donde el viento frío te dejaba helado, unos 30 corredores, sin medio alguno en que bajar. A esperar a que volviera alguno de los que había bajado. Y de pronto la suerte, avisan que los 3 de azul, y otro más, que pasaran que los bajaban. Me acerco corriendo, me ven, y dicen que los 4 de azul que los bajan en un coche de la organización. Y así pudimos bajar, y comprobar que los compañeros que quedaron arriba iban a tardar en bajar muy mucho. El minibús regresaba (comenzaba a subir) cuando estábamos entrando en La Vega de Riosa...

Muy bien organización en todo, pero este es un tema a mejorar cara a año que viene. No me importa pagar más precio inscripción, pero deberían estar antes de que lleguen corredores dos minibuses en explanada para bajar luego a corredores. Uno fue insuficiente, al igual que las furgonetas. Vi gente tiritar de manera bestial mientras esperaban a ser bajados. Esa sensación de quedarte tirado allá arriba no es muy agradable, y eso habiendo tenido suerte con la meteorología, pero estar a 1.500 metros y en un sitio tan abierto te garantiza frío siempre.

Si se solventa este punto, posiblemente repitamos, a pesar de que renegaba tras llegada. Si, somos así los corredores.

Angliru, pudimos contigo.

Aquí el resumen de mi Garmin:

 

7 comentarios:

  1. Excepcional subida la que te has marcado, y suscribo todo lo dicho acerca de la dureza de las rampas del Angliru, y eso que yo las subí mucho más relajadamente de manera no competitiva.

    Que no te abrumen los ánimos. Todo lo contrario. Un compañero de trabajo que subió en bici me dijo que te había animado al reconocerte ya que entra a veces en este blog desde que le hablé de tí.

    Yes famosu, qué le vas a hacer. El precio de la fama...

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    1. Vergonzoso que es uno. Yo siempre respondo con un gracias en estos casos.

      Se agradecen los ánimos. Dale las gracias a tu compi.

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  2. Madre mía! No conozco el Angliru pero, haciendo un mal chiste, se me hace "muy cuesta arriba" siquiera imaginarme lo que se te tiene que pasar por la cabeza desde los nervios del inicio al, "quién me mandaría a mi meterme en este lío" cuando estás pasando las de Caín; y luego la satisfacción personal de acabar. Enhorabuena. Y ánimos por el blog.

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    1. Gracias Riki. Nervios de inicio no hubo, porque son carreras en que te olvidas de crono, y solo piensas en acabar y en hacerlas a un ritmo lo menos agónico posible.

      Lo puede hacer cualquiera que entrene un poco, y que meta algo de cuestas las semanas previas. Son de esas cosas, que hay que hacer una vez en la vida al menos.

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  3. Viendo datos Garmin, espectaculares los kms. 7, 10 y 11, con desniveles del 16,1%, 15,2% y 18,6% de media respectivamente. Brutal.

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  4. ¡¡¡¡¡¡Grandeeeeee!!!!!!.......y además: ¡¡¡¡famoso!!!!!

    Que buena crónica. Esas carreras épicas donde se sufre y hay que apretar los dientes son las mejores.

    Enhorabuena.

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    1. Gracias amigo. Y viniendo de nuestro nuevo ídolo atlético se agradece aún más. Tú si que eres grande macho. Un saludo.

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